viernes, 21 de octubre de 2011

Otra nota aburrida etsi Revelatio non daretur

Así, por no existir hueco ni vía
para salir del fuego, en su lenguaje
las palabras amargas se tornaban.



¡Qué aburrida es Laodicea! Ya tenemos otra aburrida e insulsa nota episcopal ante las elecciones generales. Si siempre se suele comentar estas notas en tono de parole, parole, parole... 

De tanto repetirla la canción suena ya a pura amargura por el aburrimiento y el sano sentido del pueblo latino impone el choteo tal como en su momento lo tuvo la canción original:



Solo una cosa, por aportar al sano y legítimo pitorreo de los que viven a gusto con este tic-tac episcopal. ¿Les parece a ustedes sensato que los mismos obispos den a entender que la Revelación no tiene nada que ver con la Ley Natural? ¿Para qué entonces han sido consagrados obispos del pueblo cristiano?

En su discurso sobre los fundamentos del derecho, pronunciado el mes pasado ante el Parlamento federal de Alemania, el Papa recordaba que “el cristianismo nunca ha impuesto al Estado y a la sociedad un derecho revelado, un ordenamiento jurídico derivado de una revelación. Se ha referido, en cambio, a la naturaleza y a la razón como verdaderas fuentes del derecho [...], la razón abierta al lenguaje del ser”. Nosotros hacemos nuestras consideraciones desde ese horizonte de los fundamentos prepolíticos del derecho, sin entrar en opciones de partido y sin pretender imponer a nadie ningún programa político. Cada uno deberá sopesar, en conciencia, a quién debe votar para obtener, en conjunto, el mayor bien posible en este momento.

¿No es esto una negación práctica de eso que se llama pecado original y que hizo necesario la revelación de dicha ley y la custodia de la misma por el magisterio de la Iglesia? Creo que era Pelagio quien negaba también tal consecuencia. Con esa manía de negar la conveniencia de la Revelación de Dios para la salud del hombre ell tic-tac de la bomba pelagiana se acelera. Nótenlo mientras leen esta cita de la Enciclopedia Católica en la voz Revelación:

La revelación de las verdades de la ley natural ciertamente no es inconsistente con la sabiduría de Dios. Él creó al hombre de manera de concederle dotes ampliamente suficientes para que alcance su fin último. Si hubiera sido de otra manera, la creación habría sido imperfecta. Si además de esto Dios estableció que el logro de la bienaventuranza fuera más fácil aún para el hombre al poner a su alcance un modo más simple y mucho más seguro de conocer la ley de cuya observancia dependía su suerte, esto es una prueba de la generosidad divina; no contradice la sabiduría de Dios. Asumir, como ciertos racionalistas, que solo puede explicarse la intervención excepcional sobre la base de que Dios haya sido incapaz de incluir su designio último en su plan original es una mera petición de principio. Más aún, la doctrina del pecado original proporciona una razón adicional para la revelación de la ley natural. Esa doctrina nos enseña que el hombre, por el abuso de su libre albedrío, ha tornado difícil la consecución de su salvación. Aunque sus facultades naturales no están radicalmente viciadas, su comprensión de la verdad se ha debilitado; su reconocimiento de la ley moral es oscurecido constantemente por dudas y cuestionamientos. La Revelación otorga a su mente la seguridad que él había perdido, y hasta cierto punto repara los males resultantes de la catástrofe que le había sobrevenido.

M.D.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitaciones por el post sobre la bomba pelagiana y tu aguda lectura de lo dicho durante audiencia del 27 de Octubre. La discusión posterior con Eagleheart fue también muy interesante. Gracias a los dos.

Eagleheart dijo...

El reloj marcha, el tiempo vuela y el tic-tac no se detiene.

Viendo las cosas como están, ¿cómo se podría desactivar la bomba?

Salu2. Paz y Bien.

sofronio dijo...

Creo que los episcopalianos están pidiendo la rehabilitación de Pelagio (no es broma); no obstante, debe tratarse solamente de su figura, porque su doctrina, el pelagianismo, hace ya varias décadas que ha envenenado no sólo a los episcopalianos, sino a casi todos los altos prelados de la Iglesia Católica que nos gobienan, convertida en una gigantesca ONG o eso quieren y dónde la Caridad está lejos de ser entendida como el Amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo, por amor a Dios.