domingo, 8 de enero de 2012

Odium Theologicum



Toda maldad, que el odio causa al cielo,
tiene por fin la injuria, y ese fin
o con fuerza o con fraude a otros contrista

Hace tiempo, una de las famosas diatribas antilefebvrianas del Padre Iraburu a raiz de una discusión con alguien que le recriminaba el uso del sobrenombre católico concluía así:
"Nos niegan incluso el derecho a llamarnos InfoCatólica, nombre al que estamos dispuestos a renunciar una hora después de que hayan renunciado a su nombre Panorama Católico Internacional, Catholic.net, Informations Catholiques Internationales y cien o quinientas publicaciones más que llevan nombres análogos. El odium theologicum les ha llevado a perder el sentido del ridículo"


La persona que le discutía insistía en estos tres puntos:
1) Nadie niega ningún derecho. El Código de Derecho Canónico establece en su canon 300 que "Ninguna asociación puede llamarse «católica» sin el consentimiento de la autoridad competente...". En todo caso, corresponde exhibir la correspondiente autorización.

2) Por lo mismo, el uso por parte de otros sites del término "católico" dependerá de la concesión o no de dicha autorizacion. El problema pues no puede diluirse en un alegre "si todos lo hacen, qué más da". Es un fuerte error de razonamiento.

3) Presuponer odio teológico, esto es, una formalidad contraria a la caridad cristiana en grado sumo a quien hace una observación de esta naturaleza me parece incalificable. Realmente estoy estupefacto y espero que el P. Iraburu rectifique, proque en esta controversia ha dicho lo más grave. No cabe la victimización.

El caso es bien actual por cuanto conocemos de casos donde la autoridad eclesiástica ha prohibido el uso de tal sobrenombre.

Pero no es esta actualidad la que me preocupa, sino aquella que he subrayado en negro y que hace referencia precisamente al "odio teológico". 

Sobre el odio teológico hay tanto escrito que no merece la pena tratarlo mucho más, digamos que los mayores doctores de la Iglesia lo sufrieron muchas veces en propia carne y que jamás respondieron al mismo salvo con ciencia y buen humor. A mi me importa la actualidad de dicho concepto. 

Digo actualidad porque mientras que Iraburu se quejaba de que le profesaban un odio teológico a infocatólica, en dicho portal no se cuidan de hacer expresión del más puro odio a otros hermanos católicos en esta forma escogida por Luis Fernando, el director, acosenjando a uno de los bloggers el no debatir con otros católicos:


Tu mera presencia allá donde te atacan y faltan al respeto incumple el mandato de Cristo de no arrojar perlas a los cerdos, así que no les dediques ni un minuto a esos amargados. Y segundo, no admitas en tu blog comentarios de esa chusma.
Como dice el refrán, no hay mejor desprecio que no hacer aprecio. Y esa gente no se merece ni que se la desprecie. No tienen entidad para ello.

Creo que a la vista de este modo de proceder, más que nunca debería plantearse el Padre Iraburu si es el sobrenombre de católico el que realmente merecen con independencia de cualquier otra formalidad jurídica. Como dicen los hegelianos: un poco de autocrítica no está mal. Como decimos los católicos: hagan un examen de conciencia.

M.D.

2 comentarios:

Mendrugo dijo...

Sin entrar en el fondo del asunto, se me ocurren un par de comentarios:

Voris y su programa Vórtex son un ejemplo apologética católica actual. Los aplojetas de Infocatólica podrían aprender mucho de ellos.

La paradoja de que a verdaderos católicos como Voris se les regatee esta denominación y que en cambio la ostenten instituciones tan poco católicas, es consecuencia del absurdo de tomar el adjetivo católico por una razón social o una marca comercial.

La palabra católico existía en griego mucho antes de que Nuestro Señor fundara la Iglesia. Las cuatro notas que la caracterizan se expresan con adjetivos tomados del lenguaje común y que no son «trade mark». Siguendo esa lógica de registro de la propiedad industrial, habría que demandar a los patriarcas ortodoxos que usan el título de Catholicós. Y prohibir las obras de Newman y tantos otros autores que en sus taxonomías del Cristianismo tienen por católicos a ortodoxos y otros cismáticos.

Al pensar en el significado original de la palabra católico (i.e.: universal), no puedo menos que recordar los remoquetes sobre el dulce de leche con que motejan en Infocatólica a los tradicionalistas, por haber entre ellos algunos argentinos.

Edwin dijo...

Mendrugo, acaba de justificar Ud. a las "Católicas por el derecho a decidir" (feministas)