miércoles, 4 de enero de 2012

Ab hominibus Apostolicae Sedi maxime infensis

Quieres saber quién hay en esa hoguera
que aquí cerca de mí lanza destellos
como el rayo de sol en aguas limpias.

¿No saben latín para entender el texto del título? Lástima, deberían aplicarse el propósito de año nuevo de aprender latín de hace un par de entradas para no perderse esta frase tan singular que habla de algo hecho "por unos hombres muy desgraciados en el servicio a la Sede Apostolica". 

La frase no está sacada de ningún enemigo de la Iglesia o de un hereje o cismático atacado por esta, sino de los decretos de la misma Santa Sede. Para precisar más, está sacada del pontificado del último de los sucesores de Pedro que ha sido canonizado: San Pio X y nos habla de cierta muchacha entregada a sus enemigos: data igni cremanda ab hominibus Apostolicae Sedi maxime infensis, nimis aegre ferentibus se a puella devictos
"Entregada para ser quemada en la hoguera por unos hombres muy desgraciados en el servicio a la Sede Apostolica, demasiado temerosos de ser conquistados por la doncella." La frase está tomada del decreto de milagros para la beatificación de Juana de Arco, promulgado en 1909 por la Sagrada Congregación de Ritos (AAS 1, p.168). No le duelen prendas a la Santa Sede ni a los católicos que leían estos decretos reconocer cuando los hombres que la sirven meten la pata. Y en este caso, una metedura de pata bien gorda, ya que hablamos de la muerte de una inocente condenada injustamente al más terrible de los suplicios; iniustissimum subiit acerbissimumque supplicium! dirá Benedicto XV en la homilía de su canonización en 1920.

El proceso a Juana de Arco "es una página conmovedora de la historia de la santidad y también una página iluminadora sobre el misterio de la Iglesia, que, según las palabras del Concilio Vaticano II, es “al mismo tiempo santa y siempre necesitada de purificación” (LG, 8). Es el encuentro dramático entre esta Santa y sus jueces, que son eclesiásticos. Juana es acusada y juzgada por estos, hasta ser condenada como hereje y mandada a la muerte terrible de la hoguera. A diferencia de los santos teólogos que habían iluminado la Universidad de París, como san Buenaventura, santo Tomás de Aquino y el beato Duns Scoto, de quienes he hablado en algunas catequesis, estos jueces son teólogos a los que faltan la caridad y la humildad de ver en esta joven la acción de Dios" (Benedicto XVI, Audiencia 19-1-2011)

Veinticuatro años se tardó en limpiar canónicamente la fama de la doncella después de que fuera condenada por sus enemigos, entre los que estaba presente un cardenal. Cuatro siglos más tarde sería elevada a los altares. El próximo día seis se cumplen seiscientos años de su nacimiento. Todo lo que se pueda decir sobre ella y su vida es poco. Como bien dice el Papa es una página iluminadora del misterio de la Iglesia; la vida de santidad.de una mujer mística y comprometida, al igual que Santa Catalina de Siena, no en el claustro, sino en medio de las realidades más dramáticas de la Iglesia y del mundo de su tiempo. Toda una lección para hoy.

Les dejo con una soberbia película (no de las modernas sino la gran obra maestra de 1928) sobre el tema y con un enlace donde pueden apreciar el resumen de sus logrados primerísimos planos.






Adjetivada como una "sinfonía de primeros planos", la historia del juicio a Juana de Arco le sirve al director Dreyer para hacer uno de sus rigurosos ejercicios sobre las pasiones humanas y la actitud ante el sufrimiento. Glorioso blanco y negro, ritmo pausado y una bellísima Renée Jeanne Falconetti -actriz de escasas películas- para una de las joyas del cine universal. (Daniel Andreas: FILMAFFINITY) 


M.D.

3 comentarios:

Miles Dei dijo...

Ab hominibus Apostolicae Sedi maxime infensis

La frasesita se la trae y me ha costado traducir correctamente el sentido del dativo de Apostolicae Sedi pues es fácil perderlo a primera vista como si esos hombres fueran ajenos o enemigos de la Sede Apostólica. He pensado en un primer momento: "hombres hostiles de la Sede Apostólica", pero al final me parece mejor la traducción empleada más digna de un decreto de la Santa Sede.

Miles Dei dijo...

Así mismo la segunda parte de la frase tiene también su intrínculis, pues nimis aegre ferentibus se a puella devictos tiene el doble sentido de no poder tolerar el haber sido vencidos por la doncella, como el de dejarse conquistar por ella en su juicio, referido a los eclesiásticos que la juzgaron.

Eagleheart dijo...

Es que "eso era antes, hoy no pasa. Hoy todos son unos buenazs y expertazos que seguramente todo lo hacen bien".

Salu2. Paz y Bien.