sábado, 12 de mayo de 2012

Fabulando sueños

Enseñado me había por su hueco
muchas lunas, cuando un mal sueño tuve
que me rasgó los velos del futuro


El otro día leí un comentario a propósito de lo que parece una inminente rehabilitación canónica de la FSSPX en el que se decía que era hora de reinterpretar, o algo así, la profecía de Don Bosco. Pensándolo bien no es una mala idea y enseguida se me vino a la cabeza (maldita inmanencia) un guión prometedor sobre una de las profecías de Don Bosco que, de tener tiempos y ganas, podía fructificar en algún tipo de relato de corte apocalíptico de los que jamás triunfarían en un concurso infocatólico.

Como recordarán hay una profecía de San Juan Bosco sobre los tiempos finales de la Iglesia. Como toda profecía clásica, viene en forma de sueño y es conocida como "el sueño de las dos columnas". De ella hablé en un pasado y me quedan cosas por decir, por ahora sólo esbozo un guión para atormentar un poco más la imaginación de los lectores. Una narración del mismo la tienen aquí, interesante por el detalle que añade sobre el número de Papas caídos. Nadie sabe si uno o dos. ¿Asesinarían no a Juan Pablo I?

Para que comprendan la línea interpretativa del sueño digamos que las dos veces que el Papa reune a los pilotos hacen referencia a los dos últimos concilios ecuménicos de la Iglesia: el Vaticano I y el Vaticano II. Los detalles son sorprendentes: la primera reunión resulta interrumpida por al arreciar de la tormenta, como de hecho pasó con el Vaticano I, que fue suspendido por el Papa en pleno arremeter de las tropas italianas que ocuparon los Estados Pontificios. La breve calma que precede a la segunda reunión parece ser el final del pontificado de Pio XII, momento breve de calma para la Iglesia. Tras este periodo comienza otra reunión, el Vaticano II y la tormenta se torna espantosa en palabras de Don Bosco.  El Papa que cae herido gravemente y es sujetado por los que le rodean parece una alusión en toda regla al atentado de Juan Pablo II. Por tanto desde ahí hemos de seguir la historia.

He aquí mi guión interpretativo (en rojo las palabras de Don Bosco):

-Comenzamos con  la rehabilitación de la Fraternidad con su superior al frente.

-A consecuencia de este empeño del Papa y de la tremenda tensión que provoca en sus enemigos el Papa sufre un atentado. El Pontífice es herido por segunda vez, cae nuevamente y muere. Un grito de victoria y de alegría resuena entre los enemigos; sobre las cubiertas de sus naves (los enemigos de la Iglesia) reina un júbilo indecible.  Ahora tenemos una Iglesia dividida y sin cabeza. Terreno abonado para la destrucción.

-Pero apenas muerto el Pontífice, otro ocupa el puesto vacante. Los pilotos reunidos lo han elegido inmediatamente de suerte que la noticia de la muerte del Papa llega con la de la elección de su sucesor.  Lo que nadie esperaba ha ocurrido. En el cónclave imitando a otro anterior donde ya se dieron votos a Marcel Lefebvre a un cardenal se ha levantado y se le ha ocurrido proclamar Papa por aclamación al superior de la Fraternidad recordando el gran tino que mostró en una carta conocida a disgusto suyo. Nadie sabe como pero la moción prospera... quizás los más reacios se lo han tomado a broma (igual hasta el cardenal que la propuso lo hizo ciertamente a modo de broma) y todos han seguido el juego y cuando se han querido retractar es demasiado tarde porque la ley del Espíritu Santo es inexorable para aprobar lo que los hombres designados por Dios hacen aunque sea medio en broma. El nuevo Papa está elegido en el primer día. La noticia de esta elección sobrepasa y se sobrepone a la de la muerte del anterior Pontífice asombrando al mundo entero, sobre todo cuando se comunica que al ser informado de su elección y aceptarla, el nuevo Papa ha elegido el insólito nombre de Pedro Romano. Los enemigos comienzan a desanimarse.

Lo que sigue ya es el final del sueño, que repito porque es de los más hermosos y esperanzadores de todos estos apocalipsis que se nos presentan en las revelaciones privadas:

El nuevo Pontífice, venciendo y superando todos los obstáculos, guía la nave hacia las dos columnas, y, al llegar al espacio comprendido entre ambas, las amarra con una cadena que pende de la proa a una áncora de la columna de la Hostia; y con otra cadena que pende de la popa la sujeta de la parte opuesta a otra áncora colgada de la columna que sirve de pedestal a la Virgen Inmaculada.

   Entonces se produce una gran confusión. Todas las naves que hasta aquel momento habían luchado contra la embarcación capitaneada por el Papa, se dan a la fuga, se dispersan, chocan entre sí y se destruyen mutuamente. Unas al hundirse procuran hundir a las demás. Otras navecillas, que han combatido valerosamente a las órdenes del Papa, son las primeras en llegar a las columnas donde quedan amarradas.

   Otras naves, que por miedo al combate se habían retirado y se encuentran muy distantes, continúan observando prudentemente los acontecimientos, hasta que, al desaparecer en los abismos del mar los restos de las naves destruidas, bogan aceleradamente hacia las dos columnas, y allí permanecen tranquilas y serenas, en compañía de la nave capitana ocupada por el Papa. En el mar reina una calma absoluta.

En fin, ahí tienen un fabuloso guión (de "fábula" y "oso" como la fábula del oso del escudo del Pontífice reinante que acaba llevando su carga a Roma) para un fantasioso relato donde un imaginativo y hábil escritor con mejor tino, que Jesús Bastante, podrá poner la trama desde el punto de vista de personajes interesantes (entre neocones, tradicones y demás especies) narrando peripecias y milagros de la movida eclesial hodierna... Eso sí, que no lo venda, sino que lo cuelgue gratis en la Red para que todos disfruten del sueño que este guión conviritió en pesadilla y puedan mortificarse por el Santo Padre y sus intenciones. Seguro que al final resulta mucho más interesante y actualizada que las clásicas narraciones que tenemos sobre estos temas y, quien sabe, a lo mejor un día la vemos llevada al cine y a los mercaderes de turno ofertándola en DVD en un paquete doble con Cristiada. Por lo demás, ya saben: las revelaciones privadas (y ni siquiera sabemos si esto pasa de algo más que un sueño) no son obligatorias de creer, aunque a algunas conviene hacerlo.

M.D.



4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero hombre, todavía no se ha arreglado el asunto y ya está elevando a Monseñor Fellay al Trono Pontificio.

Miles Dei dijo...

¿Verdad que es una pesadilla?

Terzio dijo...

Yes, delirante.

¿Sabes, Miles? Mäs que las visiones o sueños de Don Bosco, me inquietan los novelorios de Morris West, que contienen intuiciones impresionantes, si no exactas sí muy perspicaces.

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Miles Dei dijo...

Pues recomiéndeme una de ellas a leer, please, como penitencia. Que no sea las sandalias del pescador.